Maldito Estres Urbano

Una de "Los Privilegios" de vivir en una gran ciudad, es tener etapas de Estres que, por lógica, suceden cada vez mas a menudo. Entre la multitud de gente caminando, o las eternas filas para realizar cualquier tramite o compra, o la maldita espera de 4 cambios de Luz verde en un maldito semáforo de cualquier crucero.

Filas, amontonamientos, ruidos, y hasta mentadas de madre algunas murmuradas y otras hechas a grito abierto, esa es la música ambiental de una gran ciudad, donde de por sí, ya es difícil escuchar la música del coche, es imposible escuchar nuestros pensamientos. Todos traen prisa, casi nadie le dá el paso a alguien, solo se importan ellos mismos, al diablo la educación, al demoniio el criterio y a la chingada el mundo, pues primero soy yo, con esa actitud la gente de una gran ciudad es como camina o conduce por las calles céntricas y no tan céntricas del fallido intento de tener una ciudad de primer mundo.

La gente no pide, exige cosas que ven por TV que supuestamente los gringos hacen muy bien, tener un orden, no solo al manejar un coche sino simplemente al caminar, reglas tan fáciles de seguir como subir o bajar  una escalera por el lado derecho, ceder el paso a gente que lo necesita, tener la voluntad para seguir un reglamento y poseer un criterio donde nos permita a todos avanzar.

La gente exige cosas que no se merecen, piden una ciudad cosmopolita mientras se siguen conduciendo como viles animales en estampida, tiran basura por doquier y luego se quejan de que la ciudad está sucia, se enojan por una vialidad colapsada cuando son los primeros en romper las reglas de transito. Le lloran a su familiar atropellado en lugar de preguntarse el porque no uso el puente peatonal situado 50 metros mas adelante, no, si todo lo queremos fácil, gratis y que sea rápido, pues lo único que nos importa es nuestro propio tiempo.

El conducir por la Ciudad hace que me dé jaqueca, los ruidos de los claxons, los vendedores en los cruceros, el tipo que se pasa el semáforo en rojo, o el que dá vuelta desde una doble fila logran que se me retuerza el estomago del coraje al ver que son la misma gente que exige dejar de ser un ciudad tercermundista. Somos animales atrapados en una plancha de asfalto y concreto, donde lo principal no es llegar a nuestra casa rápido sino que es lo único que nos importa, como sea y por donde sea.

"Es el ritmo que llevamos", dicen en la tele, "Todo debe ser rápido", pero si todo eso dejó de funcionar hace mucho, la rapidez en cualquier cosa que se quiera realizar en una gran ciudad desapareció con el impulso de todos, porque queremos llegar primero sin importarnos ni el orden ni la lógica  ni la Ciudad de Primer Mundo que tanto se exige.

La meta de llegar primero a casa se comparte para ver quien se muestra mas enojado y bravo al caminar o conducir, se enojan si alguien impide su camino, pero se burlan cuando ellos mismos bloquean a otros, por venganza o por justicia es lo de menos, la porquería de conducir por las calles o el mugrero de caminar en zig zag por donde haya multitud de gente que andan sueltos como viles vacas en estampida hacen que nos estresemos.

  Responsabilizamos  a La Ciudad cuando en realidad somos nosotros, los mismos animales que generamos esta maldita selva donde El Mas Picudo es el que avanza y el que se queda....  El Mas Pendejo.