Quizá algunos hayan visto a una persona que se parezca a uno, quiza lo haya sido, tal vez deseamos que si lo fuera , aunque no haya sido. Pero podríamos llamarlos "Angeles" pues la acción de estos angeles es la ayudarnos de alguna forma en nuestras vidas.
La respuesta puede ser tan variada y tan amplia como la imaginación de cada uno de nosotros, generalmente, nosotros acomodamos las cosas como mejor nos convengan o bien como mejor nos acomode, dando a esta acción de "ayudarnos en algo de nuestras vidas" una explicación fácil a algo que es muy complicado de explicar o que de plano es "sin explicación", quizá sea nuestra mejor salida a las cosas raras que nos pasan, pero no indica que haya sido la correcta, aunque para nosotros sea la manera bonita de explicar lo inverosímil de un hecho.
El hecho.-
Fecha.- Un San Lunes por la tarde.
Ubicación.- Vagón del Metro semi-atascado de gente.
Dirección.- de mi trabajo a mi casa.
Antecedente del Día.- Salí de mi trabajo rumbo a casa, después de tener uno de esos días laborales en el que todo sale mal, y lo que no sale mal sale peor, esos días que uno quiere olvidar por siempre, los días que nunca debieron haber existido, los de "tragame tierra", "maldito pie izquierdo" "No debí levantarme hoy", cuando los errores salen mas rápido que nuestras acciones, cuando te regañan por los errores que cometes y lo hacen de una manera nada ortodoxa, cuando te regañan por algo que otro hizo y aunque saben que no fuiste tu de todas maneras te echan la bronca porque fuiste el primer pendejo que pasó frente a ellos, esos días en los que caminando por la banqueta no quieres voltear hacia arriba porque sabes que un Piano de cola vendrá cayendo hacia ti, y sabes que el próximo perro que te encuentres no te orinará sino que te morderá para pegarte la rabia que supuestamente esta erradicada en los perros, pero no asi en nuestros corajes de haber tenido uno de los peores días de toda una vida.
Cuando sali de la puerta principal del trabajo, me dije "Que bueno que ya salí" "mañana será otro dia" etc etc, pero eso no hacia que me sintiera mejor, al contrario, aun seguia encabronado por todo y con todo, la luz del Sol en ese atardecer hacia que me hirviera la sangre del coraje de haber tenido ese dia, estaba muy enojado y que bueno que nadie me la hizo de bronca en la calle porque quien sabe como chingados hubiera respondido, aunque nadie haya tenido culpa de todo lo que pasó en la oficina siempre queremos que alguien se tropieze con nosotros para poder desquitar y hacer de un "inocente" el escape de toda nuestra frustracion y furia contenida.
Despues de salir de la oficina, tomé un camión, luego camine un par de cuadras y luego subí al Metro Linea 1 Estacion Hospital. Las puertas se abrieron, salieron varios, y entramos mas de los que salieron, no encontré asiento, me coloqué pegado a la puerta, el vagón aunque estaba semi-lleno nos podiamos ver "casi" todos unos a otros, mi vista hacia el suelo igual que mi animo, sentí una mirada, voltée y no vi a nadie viendome, habia mas gente de pie que no me dejaba ver a todos, regresé mi mirada al piso, nuevamente siento esa mirada,
"maldicion! y ahora que chingados???" fué lo que pensé, no veo nada raro, solo simples mortales que, igual que yo, venian de sus trabajos en un San Lunes del Olvido.
El Metro llega a la siguiente estación, personas bajan y personas suben, ahora ya hay menos gente en mi vagon, siento la mirada nuevamente, y entre dos adultos (uno de ellos muy obeso y la otra una señora de algunos 30 años) iba un niño, de escasos 5 años, era él, el que de repente asomaba su cabeza por enfrente de la panza de ese señor para poder verme, y al encontrar nuestras miradas el enano sonríe, el mocoso quizá iba jugando conmigo, pero ¿porque a mi? si había mas gente en el vagón, y estoy seguro que había gente que tuvo un día feliz, pero no, fue a mi, en momentos en que yo me sentía como Michael Douglas en la película "Un Día de Furia", el mocoso se recargaba en el respaldo y desaparecía unos segundos para volver a asomarse y repetir la sonrisa, lo hizo varias veces, y no tardé mucho en devolvérsela, las estaciones seguían llegando, Estación Cuahutemoc, Estación Del Golfo, y yo, me sentí como idiota, al cargar tantas broncas y culparme por todo lo que pasó en la oficina, mientras un duende de 5 años y con 70 cms de altura logra sacarle la sonrisa a un Ogro, esto no es justo, yo trabajé todo el día y el mocoso solo juega, yo tambíen sería feliz así ¿no?, pero repito ¿porque a mi?.
Llegamos a la Estacion Felix U. Gomez, la señora se levanta y toma al niño de la mano y le dice "aqui es m´íjito", los dos ya estan en la puerta, el niño voltea, levanta su mano, y me dice
"Adios!!" nuevamente la sonrisa en su rostro a la que logicamente devuelvo, la señora le pregunta "Quien es?" y el contesta
"Es mi Amigo".
.....y ese pequeño instante, me hizo olvidar todo un dia de trabajo.
Hay personas que tienen el don de cambiar a las demas, existen personas que pueden hacer cambiar la actitud o las acciones de otros y estas personas merecen ser Angeles,
¿ Era este pequeño ser, que no alcanzaba el metro de altura, un Angel ?
No, no lo era, yo no le vi sus alas, no le vi la aureola, aunque si creo que oliera a dulce.